Mozart in the jungle, la loca serie sobre los locos músicos

Amazon Studios ha creado recientemente la serie-web Mozart in the Jungle. El episodio piloto se lanzó en febrero de 2014. Podéis encontrarla en la página oficial de Amazon gratis, aunque por ahí la hay con subtítulos en español…
La serie está basada en el libro del oboísta Blair Tindall Mozart in the Jungle: Sex, Drugs and Classical Music que tenéis en versión para Kindle a muy buen precio. El motivo de que hablemos de esta serie en granpausa.com es que todo gira en torno a la música clásica.
Un poco sobre la serie
La historia nos sitúa entre los músicos de la New York Philarmonic. El director titular es sustituido por la nueva «sensación clásica», el carismático y joven genio Rodrigo de Sousa. De forma paralela, la recién titulada oboísta Hailey lucha por salir adelante en la gran ciudad haciendo bolos aquí y allá. De alguna forma, su vida se cruza con la New York Philarmonic y con Rodrigo y aquí empieza la historia.
He esperado a ver los cinco primeros capítulos para poder opinar sobre la serie. Pocas veces somos los músicos el centro de atención del cine o la televisión. No sé si la serie me ha enganchado por la curiosidad de ver cómo nos imaginan o por el contenido en sí. Y viéndola he empatizado con lo que habrán sentido los médicos viendo Dr. House, Urgencias, Hospital Central y demás…
Al finalizar el primer capítulo, mi reacción fue: ¿Por qué los músicos siempre parecemos drogadictos, ninfómanos y, básicamente, mal de la cabeza?. Achaco toda esa imagen a que es una muestra exagerada de nuestra realidad. Siempre con la intención de que la serie sea más comercial y atraiga al público. De todas formas, todas estas cosas se muestran mucho más en el capítulo piloto que en el resto, como suele ocurrir. El piloto es el gancho, y cuanto más sexo y escándalo salga, más venderá.
Los temas que trata
A pesar de que muchas veces me he reído de lo absurdo de las situaciones que se plantean, la serie aborda temas que como músico te pueden interesar. El miedo escénico y la presión de tocar en una orquesta de élite cono la NYF, la situación laboral y las condiciones de trabajo de los músicos (aunque al desarrollarse en EEUU, es distinta a la de aquí), el enfrentamiento a las lesiones, la automedicación, los trabajos en negro, la relación entre músicos, la competencia, el estudio, la obsesión por tocar perfecto, el ambiente laboral, las relaciones de afecto, la financiación de las orquestas… Una lista infinita. Y todo contando con sentido del humor. Porque, otra cosa no, pero te ríes bastante.
El ego y la autoestima son temas de fondo en todos los capítulos. Continuamente se ve en el director antiguo y el nuevo, en los músicos, en los alumnos… Todo el mundo lucha por destacar, por tener su hueco en el mundo laboral, por salir más en los periódicos, por tocar mejor en las audiciones… ¿Os suena? La competencia y las envidias, las decepciones, y la lucha, todo se adueña de los protagonistas de la serie.
¡Es ficción!
Por supuesto, hay momentos bastante «increíbles», como la fiesta del primer capítulo, en la que todos músicos «se vienen arriba» con Bizet como si de David Guetta se tratara… O el careo entre la oboísta Hailey y un flautista en la misma fiesta, con una ruleta y todo que les indica el estilo con el que tienen que retarse. Repito, ¡en una fiesta! En fin, estas y otras perlas que como digo, se van suavizando conforme la serie avanza. Pero quitando estos momentos de WTF?! algo se puede sacar.
Por otro lado, el que esta serie se haga popular no hará más que beneficiar a nuestro pequeño mundo. Todo sea por llegar al gran público y hacer que la gente se interese por la música clásica a través de cualquier vía. De momento, ha tenido buena acogida y buenas críticas. Yo animo a todo músico a que la vea, por lo curioso que es mirarse en este distorsionado espejo y porque, además, ¡es muy entretenida!
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No he visto la serie pero el título genera cierta morbosidad ya que en general a los músicos de la música de concierto no se les asocia con sexo drogas y alcohol sino a los rockstar. El hecho de utilizar estos elementos de escándalo (sexo, drogas y alcohol) al mundo clásico hace que se «humanize» la imagen que se tiene del artista de éste género (que por lo general es acartonada la imagen que se tiene) y con ello acercarlo a un público joven. Bueno en lo que escribía ésto busque la temporada y vi el primer capítulo. Se ve buena la serie. 😉
Músicos clasicos, sexo, drogas y alcohol? Eso siempre ha existido, lo que ocurre esque en gran parte, el músico clasico tiende a ocultar esa imagen porque el publico que por lo general asiste a las salas de concierto no aceptaría que aquel violinista que toca tan bien el concierto de mozart sea un adicto a la cocaina o un borracho. Tambien las orquestas se desprestigiarian si salieran a la luz noticias de ese calibre. En el rock no sucede eso porque la gente no enaltese de la misma forma a sus músicos ni los crucifica por actidudes que son de lo más normal del mundo.
Berlioz basó su «sinfonia fantastica» en un viaje de opio, pero la gente tiende a ver ese hecho como una humorada más que una realidad. Si yo hubiese dicho en alguno de mis examenes de composición que una de mis obras la comenze a escribir borracho y la complete consumiendo marihuana probablemente la comisión de mi conservatorío me hubiese mirado en menos o despreciado por haber hecho tal atrosidad, pero la obra funciona igual, más allá si se escribe borracho, drogado o despues de haber tenido sexo de forma intensa, es la música la que importa, lo demas son anectodas.
Es la «Socialite» la que deshuminiza al interprete por tocar algo tan sublime y hacer arte, llevandolo a un punto en que sería inpensable que un persona de ese nivel sea capaza de tener adicciones a cosas tan vanales como el alcohol, el sexo o las drogas.
El sexo, las drogas y el alcohol estan en todos lados, y como dice una frase «ocurre hasta en las mejores familias». Basta de hiprocrecia.